lunes, 4 de febrero de 2013

Las señoritas de Avignon, de Pablo Picasso



Las señoritas de Avignon, Las señoritas de Aviñón o de Avinyó es un cuadro del pintor malagueño Pablo Picasso pintado en 1907. Está hecho mediante la técnica del óleo sobre lienzo y sus medidas son 243,9 x 233,7 cm. Se conserva en el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Este cuadro, que marcó el comienzo de su Periodo africano o Protocubismo, es la referencia clave para hablar de cubismo, del cual el artista español es el máximo exponente. Imprime un nuevo punto de partida donde Picasso elimina todo lo sublime de la tradición rompiendo con el Realismo, los cánones de profundidad espacial y el ideal existente hasta entonces del cuerpo femenino, reducida toda la obra a un conjunto de planos angulares sin fondo ni perspectiva espacial, en el que las formas están marcadas por líneas claro-oscuras.

Dos de los rostros, los de aspecto más cubista de los cinco, que asemejan máscaras, se deben a la influencia del arte africano, cuyas manifestaciones culturales comenzaron a ser conocidas en Europa por aquellas fechas, mientras los dos centrales son más afines a las caras de los frescos medievales y las primitivas esculturas ibéricas, el rostro de la izquierda presenta un perfil que recuerda las pinturas egipcias. Las señoritas de avignon es una obra perteneciente a las vanguardias pictóricas del siglo XX.

Las señoritas de Avignon, Las señoritas de Aviñón o de Avinyó es un cuadro del pintor malagueño Pablo Picasso pintado en 1907. Está hecho mediante la técnica del óleo sobre lienzo y sus medidas son 243,9 x 233,7 cm. Se conserva en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.

Las bases de esta obra están influenciadas por una reinterpretación de las figuras alargadas de El Greco, habiéndose señalado una influencia particular de su Visión del Apocalipsis; su estructura ambiental que rememora los Bañistas de Cézanne y las escenas de harén de Ingres. Los tonos ocre-rojizos son característicos de su época negra.

Escultura ibera del siglo III o II a.C. Se puede apreciar su influencia en los rostros pintados por Picasso.
Obra muy criticada e incomprendida incluso entre los artistas, coleccionistas y críticos de arte más vanguardistas de la época, que no comprendieron el nuevo rumbo tomado por Picasso, quien, junto con Georges Braque, crearía y continuaría la nueva corriente cubista hasta el inicio de la Primera Guerra Mundial.
Se expuso en la Galerie d’Antin (París) en 1916, tras lo cual Picasso la guardó en su estudio, hasta que a principios de los años 20 fue adquirida por Jacques Doucet y exhibida en 1925 en el Petit Palais. Poco tiempo después el cuadro fue comprado por el Museo de Arte Moderno de Nueva York, donde es una de las piezas más preciadas de la colección.

Esta obra es considerada el inicio del arte moderno y pertenece a las vanguardias pictóricas del siglo XX.

1 comentario:

  1. ¡Mil gracias, Helena! Es un placer trabajar con alumnos tan, tan eficientes!

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