miércoles, 30 de enero de 2013

Luces de Bohemia Libro y Película



Luces de bohemia es una obra teatral de Ramón María del Valle-Inclán, publicada en 1920 y revisada 
y reeditada en 1924. No se estrenaría en España hasta 1970.
Considerada Luces de bohemia una de sus obras más importantes, con ella Valle-Inclán inaugura un nuevo género teatral, el llamado del «esperpento».
Sinopsis
El Protagonista es Max Estrella, un poeta miserable y ciego. A partir de esa figura real trasciende la anécdota del fracaso y la muerte de un escritor venido a menos. Se convierte en una parábola trágica y grotesca de la imposibilidad de vivir en un país deforme, injusto y opresivo.

sábado, 19 de enero de 2013

El Diario de Greg (Saga)


Introducción
Diario de Greg (En inglés, Diary of a Wimpy Kid) es una serie de libros escritos por Jeff Kinney que trata la vida adolescente de Greg Heffley, el protagonista, de forma cómica. Tan solo en España, se han vendido 400.000 ejemplares del primer ejemplar y 1.500.000 del resto. En Estados Unidos la cifra sube a los 16.000.000 ejemplares vendidos.
Jeff Kinney creador de la saga

Personajes e introducción al argumento de la saga
La madre de Greg decide regalarle un diario para que vaya escribiendo lo que le ocurre en el instituto y fuera de él. En él, Greg recoge su vida cotidiana con su familia, amigos y compañeros.

Los personajes más vistos en sus libros son:
Mamá: su madre, llamada Susan, se representa con un carácter duro y muy protectora, que marca el ritmo en la casa de Greg.
Papá: su nombre es Frank, es una persona de carácter blando que quiere que sus hijos se conviertan en hombres hechos y derechos. Su distracción son las maquetas y los dulces.
Rodrick: el hermano mayor de Greg, un enamorado del Heavy Metal. Tanto es así, que tiene una Banda de música que ha formado él y sus amigos que se llama ``Celebros retorcidos´´.
Manny: el hermano menor de Greg y Rodrick y también el ojito derecho de Mamá y Papá. Llama a Greg "Teto" y en el libro "Esto es el colmo", lo denomina "Babón". Le encanta pintar y es muy chivato.
Rowley: el mejor amigo de Greg, es bastante infantil y va a la misma escuela que Greg. Greg y él ya se han peleado varias veces, aunque son grandes amigos.
Fregley: un chico muy raro y solitario, que vive cerca de la casa de Greg.
Su familia: entre otros tío Joe, tío Gary, la abuela, el abuelo (que vive en Leisure Towers, una residencia de ancianos), su tía abuela Reba, su bisabuela Gammie, su tío abuelo Chester (actualmente fallecido), tío Byron, su primo Benjy.

martes, 15 de enero de 2013

Para incitar a leer



Cuentos en verso
para niños perversos
Roahl Dahl


                                   LA CENICIENTA

¡SI,  ya nos la sabemos de memoria!,
me diréis. Y, sin embargo, de esta historia
tenéis una versión falsificada,
rosada, tonta, cursi, azucarada,
que alguien con la mollera un poco rancia
consideró mejor para la infancia...

El lío se organiza en el momento
en que las Hermanastras de este cuento
se marchan a Palacio y la pequeña
se queda en la bodega a partir leña.

Allí, entre los ratones llora y grita,
golpea la pared, se desgañita:

¡Quiero salir de aquí! ¡Malditas brujas!

¡¡Os arrancaré el moño por granujas!!.

Y así hasta que por fin asoma el Hada
por el encierro en el que está su ahijada.

¿Qué puedo hacer por ti, Ceny querida?
¿Por qué gritas así? ¿Tan mala vida
te dan esas lechuzas? . ¡Frita estoy
porque ellas van al baile y yo no voy! .

La chica patalea furibunda:
¡Pues yo también iré a esa fiesta inmunda!

¡Quiero un traje de noche, un paje, un coche,
zapatos de charol, sortija, broche,
pendientes de coral, pantys de seda
y aromas de París para que pueda
enamorar al Príncipe en seguida
con mi belleza fina y distinguida! .

Y dicho y hecho, al punto Cenicienta,
en menos tiempo del que aquí se cuenta,
se personó en Palacio, en plena disco,
dejando a sus rivales hechas cisco.

Con Ceny bailó el Príncipe rocks miles
tomándola en sus brazos varoniles
y ella se le abrazó con tal vigor
que allí perdió su Alteza su valor,
y mientras la miró no fue posible
que le dijera cosa inteligible.

Al dar las doce Ceny pensó: Nena,
como no corras la hemos hecho buena ,
y el Príncipe gritó : ¡No me abandones! ,
mientras se le agarraba a los riñones,
y ella tirando y él  hecho un pelmazo
hasta que el traje se hizo mil pedazos.

La pobre se escapó medio en camisa,
pero perdió un zapato con la prisa.

El Príncipe, embobado, lo tomó
y ante la Corte entera declaró:
¡La dueña del pie que entre en el zapato
será mi dulce esposa, o yo me mato! .

Después, como era un poco despistado,
dejó en una bandeja el chanclo amado.

Una Hermanastra dijo:  ¡Esta es la mía!,
y, en vista de que nadie la veía,
pescó el zapato, lo tiró al retrete
y lo escamoteó en un periquete. Y
en su lugar, disimuladamente,
dejó su zapatilla maloliente.

En cuanto salió el Sol, salió su Alteza
por la ciudad con toda ligereza
en busca de la dueña de la prenda.

De casa en casa fue, de tienda en tienda,
e hicieron cola muchas damiselas
sin resultado. Aquella vil chinela,
incómoda, pestífera y chotuna,
no le sentaba bien a dama alguna.

Así hasta que fue el turno de la casa
de Cenicienta... ¡Pasa, Alteza, pasa! ,
dijeron las perversas Hermanastras y,
tras guiñar un ojo a la Madrastra,
se puso la de más cara de cerdo
su propia zapatilla en el pie izquierdo.

El Príncipe dio un grito, horrorizado,
pero ella gritó más: ¡Ha entrado! ¡Ha entrado!
¡Seré tu dulce esposa! . ¡Un cuerno frito! .

¡Has dado tu palabra, Principito,
precioso mío! . ¿Sí? ‑rugió su Alteza.

‑¡Ordeno que le corten la cabeza! .

Se la cortaron de un único tajo y
el Príncipe se dijo: Buen trabajo.

Así no está tan fea . De inmediato
gritó la otra Hermanastra: ¡Mi zapato!
¡Dejad que me lo pruebe!  . ¡Prueba esto! ,
bramó su Alteza Real con muy mal gesto
y, echando mano de su real espada,
la descocorotó de una estocada;
cayó la cabezota en la moqueta,
dio un par de botes y se quedó quieta...

En la cocina Cenicienta estaba
quitándoles las vainas a unas habas
cuando escuchó los botes -pam, pam, pam
pam, del coco de su hermana en el zaguán,
así que se asomó desde la puerta
y preguntó: ¿Tan pronto y ya despierta? .
El Príncipe dio un salto: ¡Otro melón! ,
y a Ceny le dio un vuelco el corazón.

¡Caray! -pensó-. ¡Qué bárbara es su alteza!
Con ese yo me juego la cabeza...

¡Pero si está completamente loco! .
Y cuando gritó el Príncipe: ¡Ese coco!
¡Cortádselo ahora mismo! , en la cocina
brilló la vara del Hada Madrina.

¡Pídeme lo que quieras, Cenicienta,
que tus deseos corren de mi cuenta!
¡Hada Madrina -suplicó la ahijada-,
no quiero ya ni príncipes ni nada
que pueda parecérseles! Ya he sido
Princesa por un día. Ahora te pido
quizá algo más difícil e infrecuente:
un compañero honrado y buena gente.
¿Podrás encontrar uno para mí,
Madrina amada? Yo lo quiero así ... 
Y en menos tiempo del que aquí se cuenta
se descubrió de pronto Cenicienta
a salvo de su Príncipe y casada
con un señor que hacía mermelada.
Y, como fueron ambos muy felices,
nos dieron con el tarro en las narices